¿Has pensado alguna vez en…?
¿Y si cambiamos esto…?
De este tipo de preguntas propias de la imaginación e innovación disruptiva, nacen enormes cambios para todos. Cambios que impactan, a través de la marca, en todos los ámbitos y dimensiones de la organización.
El mundo del branding trabaja para encontrar nuevos espacios que generen valor. Espacios que normalmente deben partir de creencias actuales en el mercado. Ése es uno de los principales retos del branding: ayudar a ver las cosas de siempre de una nueva manera. ¿Cómo? Conectando la esencia de nuestra marca con la cultura.
Bien es cierto que el consumidor se ha hecho resistente, e incluso inmune, a todo tipo de publicidad. Así que es lógico que se quiera causar un impacto: de ser diferentes a pasar a ser el centro de atención.
Salir de lo convencional y conseguir el cambio
El marketing disruptivo puede suponer un desafío para el pensamiento convencional en un mercado ya consolidado, así como en el desarrollo de nuevos espacios comerciales. La manera de identificar las oportunidades poco habituales se basa en la observación.
Antes del lanzamiento de la campaña, hay que configurar las guías y mensajes de marca para que sean consistentes con aquello que se desea comunicar. Tras ello, es recomendable recolectar los datos y métricas derivados del mismo proceso con el fin de conocer la efectividad real de la estrategia. Dependiendo de los resultados obtenidos, es posible modificarla y servirá, además, para seguir una línea de trabajo para futuras campañas dirigidas a potenciar aquellos aspectos que mejor han funcionado ante el público. La clave siempre está en “seguir sorprendiendo y no volverse previsible”.
Pensemos que, para una buena estrategia de marketing disruptivo, es necesario conocer bien cuál es la misión de la empresa. No debe olvidarse que la creatividad forma parte esencial de la táctica, ya que se trata de sorprender a los clientes a la par que se asumen importantes riesgos.
Para una buena estrategia de marketing disruptivo, es necesario conocer bien cuál es la misión de la empresa. No debe olvidarse que la creatividad forma parte esencial de la táctica, ya que se trata de sorprender a los clientes a la par que se asumen importantes riesgos.
Las disruptivas campañas de las marcas más atrevidas
1. Yoigo: “Llamar mola”
El nuevo anuncio de Yoigo reivindica el hecho de llamar por teléfono recordando cómo el cine está plagado de llamadas telefónicas históricas.
Con el lema “¡Llamar mola!”, nos quiere transmitir la idea de que siempre es mejor una llamada que un emoticono o un mensaje de texto, alertando de que cada vez se utiliza menos este histórico método de comunicación, incluso entre los más mayores.
A lo largo del minuto y medio de la versión larga del anuncio, se hace una comparación entre el pasado y el presente. La compañía quiere alertar de una situación de emergencia: es mejor teclear el número para comunicarlo rápidamente antes que lanzar un mensaje sin saber cuándo se va a leer.
Con estas escenas, Yoigo pretende motivar a los usuarios a que se comuniquen como hace unos cuantos (y no tantos) años, y no a través de un mensaje de texto. En el anuncio, insisten en la necesidad de volver a la espontaneidad y emoción del pasado, cuando se descolgaba el teléfono para conectarse con un ser querido. Esto es algo que, desgraciadamente, ha pasado a mejor vida.
2. Citroën: C4 Cactus, “Único para tu familia”
Atrevimiento e injustificación en publicidad han sido parte de Citroën desde principios del siglo pasado. Las campañas publicitarias del fabricante de automóviles están marcadas por la audacia, la alegría y los enfoques no estándar de la industria.
Una de las fases más llamativas de estos anuncios, más allá de lo creativo, ocurrió entre las décadas de 1960 y 1980, cuando Citroën destacó de la manera más exótica posible los atributos del icónico 2CV.
La nueva campaña de Citroën para su modelo C4, con su nuevo concepto “Único para tu familia”, tiene como objetivo destacar el aspecto familiar del modelo, pero también resalta la relación de amor entre los consumidores y sus vínculos más cercanos.
La campaña busca transmitir un mensaje que reúna toda la originalidad que solo tiene Citroën. El vídeo conecta este universo con uno de sus principales productos, transmitiendo el tono accesible de la marca que cree en la convivencia del amor entre las personas y sus relaciones.
En conclusión, el marketing disruptivo rompe los paradigmas del marketing tradicional. Juega también con la psicología del consumidor, con el conocimiento y con la relación con los clientes para terminar ofreciendo una publicidad diferencial.