Cinco años dan para mucho. Entre otras cosas, para montar una agencia, para sostenerla y para aprender a toda velocidad a abordar proyectos como nunca lo habías hecho. También dan para equivocarte unas cuantas veces. ¡Ah! Y para grabar un podcast que, con algo de suerte, seguimos produciendo. Aquí estamos. Acabamos de publicar el primer episodio de la segunda temporada de nuestro vidcast La Cueva de MOE. Lo hemos hecho en modo celebración, con set nuevo, oficina nueva y hasta luces nuevas, pero con algunas voces habituales: las de mi socio, Jorge López, y yo mismo. ¿De qué hemos hablado? De cómo fueron los inicios de Incógnito y cómo ha sido el camino para montar una agencia de comunicación y marketing desde cero, como ha resumido Top Comunicación.
Lo primero que quiero decir es que no: nosotros no hemos cambiado. Bueno, sí, pero poco. Jorge dirá que estamos más gordos, pero seguimos siendo igual de cansinos, de intensos y, según el algoritmo de YouTube, igual de invisibles para la audiencia millonaria que aún no sabe que existimos. Tal vez falte poco para dar un salto viral. Después de este episodio con el que celebramos nuestro aniversario, ya no tenemos excusa para seguir en la brecha.
Nacer en pandemia (y no morir en el intento)
En este episodio, recordamos cómo empezó todo. Incógnito arrancó con una pandemia de por medio, que ya es una forma curiosa de poner un pie en el mundo. “Normalmente, cuando uno monta una agencia de marketing y comunicación se preocupa por la estructura societaria, los impuestos, la oficina, los clientes…”, dice Jorge. Nosotros tuvimos que hacer todo eso, pero sin oficina, sin clientes cara a cara, y sin saber cuánto duraría el confinamiento. Y, sin embargo, lo hicimos.
Quizás ahí estuvo la ventaja. Como tal vez dijo alguien alguna vez, “mejor crear desde cero que tener que destruir y empezar en negativo”. No teníamos lastres, ni inercias heredadas, ni escritorios de roble. Solo gente con ganas, conocimiento y una conexión a internet decente. ¡Ah! También contábamos con una webcam para conectar con los primeros clientes.
Marketing sin mesa de reuniones
En este episodio aprovechamos para revisar cómo ha cambiado nuestra forma de trabajar desde entonces. En estos cinco años, el marketing se ha tenido que rehacer a sí mismo. Al principio, experimentamos cómo era tener que trabajar sin eventos, sin cafés con clientes, sin pasillos donde improvisar ideas. “Se nos cayó una parte del mercado”, dice Jorge, “y hubo que mirar a los canales digitales. Algunos estaban preparados y otros se llevaron sorpresas grandes”.
¿Qué pasó con nosotros? Tuvimos suerte. Ya habíamos apostado por una estructura puramente digital, pero no porque fuésemos visionarios, sino porque no nos quedaba otra. Lo curioso es que eso nos permitió crecer desde un lugar más ágil, más flexible e incluso más cercano.
Agencias pequeñas, servicio grande
Una anécdota de Jorge en este episodio creo que te hará reflexionar: “Agencia grande, servicio pequeño”. Se lo dijo una clienta y no se le olvida. Muchas veces, el tamaño no asegura nada. Lo vemos con las fusiones y adquisiciones: suenan a éxito garantizado, pero la mayoría fracasa. Como recuerda Jorge, “la marca es verde, la mía es amarilla, nos fusionamos, y dos años después una ha desaparecido y la facturación solo ha subido un 20%”.
Nosotros creemos en lo contrario. En crecer sin desconectarte de tus clientes. En que los servicios evolucionen, pero sin perder esa cercanía que es lo que realmente construye confianza. Si algo hemos aprendido es que las agencias tienen futuro, pero solo si saben vertebrar, si saben contar lo mismo de muchas formas distintas. Si entienden que el contenido es el rey, pero también el consejero y el general.
Propósitos, camisetas de Nirvana y otras cosas de los 90
Otra cosa que abordamos en esta ocasión es el famoso “propósito corporativo”. ¿Te acuerdas de cuando eso era lo importante? Hace apenas cuatro o cinco años parecía que las marcas debían tener alma para sobrevivir. Bueno, pues ahora resulta que hay gobiernos que prefieren empresas sin alma, sin inclusión, sin nada. Si el propósito no encaja con sus políticas, hasta luego, Maricarmen. Algunas marcas han demostrado recientemente que se repliegan rápido, como Mc Donald’s o Accenture, que han abandonado sus objetivos de inclusión y diversidad tras la llegada de Donald Trump.
“Ya no hay propósitos compartidos, hay propósitos individuales”, recuerda Jorge. Y es verdad. Cada uno a lo suyo, en su burbuja. A lo mejor sí había más postureo que compromiso, igual que las camisetas de Nirvana en Primark: mucha estética, pero poco grunge real y cero memoria. ¿Quién se acuerda ahora de quiénes fueron Nirvana?
IA, notas de prensa y la nostalgia bien usada
También nos reímos en esta ocasión con las comparaciones raras, que son marca de la casa. Como cuando Jorge compara y afirma que estamos en el año 1920, pero con IA generativa en vez de electricidad. Somos como los comerciales que iban casa por casa diciendo: “Oye, igual te interesa poner luz en tu cocina”, solo que ahora vendemos prompts.
Hablando de luz, ¿qué pasa con las notas de prensa? ¿Y si solo las recibiese el periodista adecuado, del sector adecuado, en el momento adecuado? ¿Y si aplicáramos marketing conductual a la distribución de contenidos? “No me ha pasado por el cerebro este pensamiento, pero ha pasado alrededor”, afirma Jorge.
¿Y ahora, qué?
Cerramos el episodio diciendo que, si no te mueves, retrocedes. Quedarse quieto no conserva nada. Hace cinco años no existíamos y hoy grabamos un podcast, emitimos en YouTube y seguimos, contra todo pronóstico, en pie. ¿Dónde estaremos dentro de otros cinco? Ni idea. ¿En el metaverso? ¿En un plató en Marte? Allí puede que nos encontremos a Elon Musk.
Mientras tanto, seguiremos hablando de lo que nos gusta: comunicación, marketing, cultura, propósito, evolución. Con luces nuevas, pero con las ideas claras. Con la certeza de que moverse, aunque sea poco, es mejor que quedarse quieto.
Nos vemos (y nos oímos) en el próximo episodio. ¡Suscríbete!
