2020 pasará a la historia por muchos motivos. Uno de ellos será la digitalización acelerada de negocios y procesos de trabajo, obligados por las medidas de distanciamiento social para evitar la propagación de la covid-19. El impacto en formación ha sido uno de los más notables por motivos lógicos. En el mundo corporativo nos ha llevado a vivir la edad de oro de los webinars y de los eventos digitales. Pero dar clase a distancia y adaptarse al formato no es fácil. Nuestra experiencia nos permite apuntar algunas claves para sacar el máximo partido a la formación online y salir vivos del intento.
Sobre el papel, el mundo post pandémico es un terreno abonado a los canales virtuales para las reuniones y la transmisión del conocimiento. Solo en la segunda quincena de marzo, las descargas de la aplicación Zoom llegaron a superar los dos millones al día. Había que preparar el terreno para deslocalizar los encuentros cara a cara. Algunas de las escuelas de negocio más reconocidas con oferta de servicios no presenciales han reconocido incrementos de la facturación por encima del 50% y hasta del 300%, al menos para formatos cortos. Lo que hace no tanto nos aburría (conectar en una sala virtual de multiconferencia), ahora lo aceptamos como la forma más razonable de aprender.
Desde el punto de vista del profesor, la experiencia de las clases online también es un reto. Nuestra experiencia en estos formatos orientados a profesionales y directivos nos permite resumir los principales aprendizajes obtenidos en diez recomendaciones para lograr la mejor experiencia de usuario posible.
- Elige bien el horario. Si tus alumnos están el mismo uso horario, es buena idea programar las sesiones a primera hora de la mañana. De esa manera, evitas romper la dinámica del día que, para aquellos que teletrabajan, ya es de por sí más desorganizada de lo habitual. Si cuentas con asistentes en diferentes usos (España y América, por ejemplo), prueba a programar tus clases por la tarde, a partir de las 19:00. Es importante dar la oportunidad de integrar a todos en directo y no confiarlo todo a ver las sesiones en diferido.
- Gestiona bien la duración de las sesiones. Esto es clave para mantener la atención de los participantes. En casa o fuera del entorno de una oficina existen muchos elementos que favorecen la distracción. Cuanto más tiempo dure la conexión, más fácil es que nos despistemos con otros estímulos, incluidas tareas domésticas. Una hora permite aguantar bien a un grupo grande. Hora y media exige ser dinámicos. Dos horas son para valientes y perderás unidades por el camino.
En casa o fuera del entorno de una oficina existen muchos elementos que favorecen la distracción
- Utiliza la cámara. Esto parece obvio tratándose de formación online, pero no lo es tanto. El profesor debe estar a la vista siempre, preferentemente con un plano que le muestre a media altura, sin picados ni contrapicados. La cámara ayuda a complementar la explicación haciendo uso de los gestos, incluso cuando estamos compartiendo una presentación. Pero en el caso de los alumnos trata de que la activen también siempre que el ancho de banda lo permita y su espacio personal les resulte cómodo. Cuando somos conscientes de que se nos ve, nos concentramos más y evitamos la interacción con esos elementos de distracción que nos rodean.
- Micrófonos cortados. Es más prudente desactivar los micrófonos por defecto y activarlos solo cuando sea necesario utilizarlos. Recuerda a tus alumnos que, si estáis utilizando Zoom, pueden usar la barra espaciadora en función walkie-talkie para hablar solo cuando necesiten hacerlo.
- El chat es el punto débil. La mayoría de las aplicaciones de videoconferencia cuentan con pizarra interactiva, solicitud de turno para hablar y chat. El chat, sin embargo, suele quedar en segundo plano y no somos conscientes de que hay vida en él. Si no tienes a nadie que lo gestione y te canalice dudas o preguntas a través de una vía más visible para ti (incluso WhatsApp en segundo plano, en el móvil), procura marcar las pausas en las que atenderás los comentarios publicados en esa herramienta.
- Introduce elementos interactivos en planos diferentes. No te dejes vencer por la tentación de limitarte a dar una conferencia, charla o taller con la única fuerza de tu voz y de una presentación bien hecha. Aprovecha el medio digital. Puedes crear encuestas y pedir a los alumnos que contesten en directo. Puedes gamificar las intervenciones y solicitarles que interactúen con contenido digital en una URL accediendo desde el chat (Swey de Microsoft Office es perfecto para esto). Puedes incluso crear salas paralelas para organizar grupos de trabajo virtuales que luego compartan sus conclusiones en la sala principal.
Puedes crear encuestas y pedir a los alumnos que contesten en directo
- Cuidado con el contenido compartido. Si vas a reproducir vídeo, haz las pruebas necesarias antes para asegurarte de que la configuración es la correcta. ¿Estás compartiendo el sonido de tu equipo? ¿Estás utilizando auriculares para mejorar la captura de audio? En este último caso, deberás tener en cuenta que la gestión del sonido puede generarte problemas. Quizás tus alumnos oigan lo que reproduces pero tú no lo hagas.
- Utiliza el equipo correcto. Si tienes la oportunidad de usar dos ordenadores, hazlo. El segundo puede servirte de apoyo para visibilizar contenido paralelo, incluido WhatsApp Web. Valora emplear un micrófono de condensador que elimine ruidos indeseados y proporcione a los alumnos una captura de tu voz limpia y clara. Ilumínate de forma adecuada. Un halo o anillo de luz es el complemento perfecto.
- Agua cerca. Esta tecnología de hidratación, servida en vaso de cristal, te facilitará hablar sin descanso durante muchos minutos. ¡Funciona!
- Ensaya. No me refiero a los gestos. Ni al discurso. Ambos son detalles importantes, sí, pero ensaya las transiciones técnicas: compartir y dejar de compartir pantalla, reproducir vídeo y pausarlo, mirar a cámara y dejar de hacerlo, buscar la imagen de un alumno, entrar con agilidad al chat… Procura que lo que sucede en pantalla sea algo fluido y no una sucesión de pausas en las que pides disculpas mientras encuentras el botón o el comando que te permite activar un contenido.
Y siempre, siempre, siempre trabaja tu presentación como si fuera la primera vez que la vas a compartir. Se agradece y mucho hacer referencias recientes y demostrar que te has trabajado tu parte hasta el último minuto. Esto vale para tanto para entornos virtuales como para entornos presenciales. ¿Qué menos, verdad?
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