¿Tienes una gran idea y no sabes cómo venderla?
Bienvenido al club. Si alguna vez has intentado convencer a un periodista con tu pitch (tu argumentación para despertar su interés hacia tu información) y sentiste que, en lugar de captar su atención, les hiciste mirar el reloj, no te preocupes. ¡No estás solo! Dominar el arte del pitch es como ser un mago de la comunicación: necesitas el truco perfecto para cautivar y convencer. Pero, tranquilidad: no hace falta una varita mágica. Solo necesitas conocer las tres claves esenciales que te voy a contar a continuación. Prepárate para dejar una impresión tan impactante que hasta el más escéptico quedará asombrado.
¡Vamos a ello!
Conoce a tu portavoz (y prepárate para que brille)
Conocer a tu portavoz es como conocer a un superhéroe, pero sin capa. Claro, no se trata solo de saber si tiene buen carácter o si sus historias personales son dignas de un guion de película. Además de entender su trayectoria profesional y su personalidad, necesitamos asegurarnos de que ha pasado por una formación de portavoces. Esto no es únicamente para que no se ponga nervioso frente a las cámaras y los micrófonos, sino para que pueda lanzar su mensaje con la claridad de un campeón.
Y no olvidemos lo más importante: hay que saber qué hace que tu portavoz sea el “Harry Styles” de los medios. ¿Qué lo hace único, interesante y, sobre todo, irresistible para los periodistas?
Pero no todo es sobre el portavoz. ¡También es sobre la empresa que representa! Al final, tu portavoz es la imagen de la compañía, ya sea un gigante multinacional o un pequeño proyecto personal que se está ganando al mundo.
Por eso, hay que tener claro qué valores, misión y mensajes clave tiene la empresa, para que nuestro portavoz sea un reflejo auténtico de todo eso. Porque, al fin y al cabo, el portavoz y la empresa deberían ser tan inseparables como el café y la mañana.
El pitch no es magia, es paciencia (y un poco de encanto)
Un pitch no es algo que surge de la nada, es como un buen vino: se va madurando con el tiempo. En realidad, comienza mucho antes de ponerlo en práctica. No podemos empezar desde cero. Es esencial conocer a fondo los medios: ¿qué temas cubren?, ¿cómo escriben?, ¿qué reputación tienen en el sector? Y, claro, no solo se trata de los medios, también hay que entender a los periodistas. Hay que saber qué les gusta escribir, qué les apasiona y qué imagen tienen en la industria.
Además, no podemos olvidar que, al final, todo se resume en la relación de confianza que construimos con ellos. Esa relación debe estar basada en respeto mutuo, transparencia y un intercambio profesional de información. Podremos acertar de lleno al elegir el periodista y el medio perfectos para nuestra entrevista si tenemos estos tres ingredientes: conocimiento de los medios, comprensión de los periodistas y una buena relación con ellos.
Estar en el lugar y en el momento adecuados (y decir lo justo)
Sabemos que es crucial para nuestro portavoz transmitir los mensajes que quiere compartir y que, por supuesto, valora la empresa que representa. Pero, como en todo, hay que saber adaptarse a las circunstancias del momento. ¡Hay que ser un ninja de la actualidad! No basta con tener algo que decir; también necesitamos asegurarnos de que lo que decimos encaje perfectamente en los temas calientes del momento.
Convencer al periodista de que nuestra propuesta es lo más relevante es todo un arte. Esto significa hacer una investigación minuciosa para entender cuál es el verdadero valor de nuestra entrevista y estar al tanto de los temas que están sacudiendo la prensa. Lo que le presentamos al periodista tiene que ser una oportunidad tan irresistible que se sienta como un regalo de cumpleaños: única, valiosa y, sobre todo, ¡imposible de dejar escapar!
El pitch: ¡tu carta ganadora!
Y ahí lo tienes, las 3 claves para dominar el arte de hacer un pitch imparable. No se trata de magia ni de suerte, sino de una mezcla de preparación, conocimiento y un toque de encanto (como un buen cóctel, ¿verdad?).
Conoce a tu portavoz, explora los medios, asegúrate de estar al día y, sobre todo, de que lo que ofreces sea algo que no puedan dejar escapar. Si sigues estos pasos, estarás listo para dejar a tu audiencia boquiabierta y, lo más importante, ¡conseguir lo que te propones!
Así que, ponte tu capa (metafóricamente, claro), prepara tu pitch y sal a conquistar el mundo. ¡El escenario es tuyo!